El Gran Fundamento es marca registrada (INAPI). Bajo esta sigla se reúnen la páginas y medios pertenecientes a la entidad con personalidad jurídica rol n° (000)68 bajo la Ley de Culto de la República de Chile.

Su nombre deriva del concepto de origen chino ‘Tai Chi’ y de la concepción de ‘piedra angular’ que en la cristología se reconoce como ‘Cefas’: una base de roca fuerte sobre la cual se alza una realidad edificada con propósitos trascendentes, espirituales y de coherencia de Fe.

El Gran Fundamento representa la idea basal de una Dispensación que postula a romper con la ambigüedad de una generación y época caracterizada por una fe y una cultura hibrida, relativista y esencialmente profana. 

Nos mueve la firme convicción de un Dios que no siendo humano, ni es algo que podamos aterrizar a nuestra imagen o semejanza carnal y material, es sí El Gran Fundamento de la Creación: una Ley de Vida y de Creatividad constante cuya esencia es la Luz, y en su infinita inteligencia es plenamente consciente de Si Mismo y su composición es pura y Espiritual. 

Cuan Ley de Creación y Fuente de Vida esta Ley Fundamental, -que al no saber cómo describir llamamos ‘Dios’-, posee Conciencia de Sí Misma e Inteligencia y por ende tiene un Plan de Creación, y su Creación es primero Espiritual, en semejanza a su cualidad y esencia y si acaso, luego, material o tangible de acuerdo con el tipo de materialidad dispuesta para su propósito. 

Que de este Gran Fundamento han sido Creados dioses y órdenes intangibles y materiales de infinitas formas y composiciones. Que de las Inteligencias creadas hace parte el Ser Humano, y por lo mismo el Hombre es primero Espiritual y luego y como efecto es Carnal; y terminado el ciclo de vida en la materia y en la carnalidad el Espíritu del Hombre perdura porque tal Espíritu es parte del Gran Fundamento Original – que es Origen y Padre de lo Creado-

Asumimos a Cristo como al Verbo emanado directamente del Gran Fundamento: la divinidad que ha dado a las Inteligencias el Don de la Palabra y de la Sabiduría del pensamiento puro. Y sabemos que tal portento divino se hizo Carne en Jesús para cumplir con una fuerte y urgente corrección derivada de la soberbia y altanería del Hombre. Y nos mueve la certeza de que Cristo en Jesús es Nuestra Roca y Gran Fundamento para desde su Portento de Salvación construir una nueva vida y asentar una nueva realidad. Que la vida y el Hombre no es el mismos antes de Cristo en Jesús y es muy diferente a después de los Hechos de Salvación del Cristo Victorioso.

El Gran Fundamento del Hombre es Su Espíritu (no su Alma, no su mente, no su cuerpo, y menos su relación con el Mundo) y por Su Espíritu el Hombre puede purificar y elevar a su Alma, tiene la gran posibilidad de iluminar a su mente y convertir a su cuerpo en el Templo de su Trascendencia. Y desde el Hombre Espiritual el Hombre Logrado establece una relación con el sistema del Mundo desde la concepción Cristica de: ‘estar en este mundo, pero NO Ser del Mundo’.

El motor que mueve al Gran Fundamento en el Hombre es su Fe. Y la Fe en el Hombre sería como agua entre los dedos sin una Pertenencia Divina evidente, nítida y bien asumida, y para nosotros esa Pertenencia es con (y para con) Cristo, el Verbo, el Dios de los Hombres y de los Ángeles.

Nuestra concepción y la exigencia de la Coherencia de Fe nos impele a rechazar todo sectarismo, dogmatismo, fundamentalismo y visión sesgada de la realidad y de la historia del Hombre. Somos Universales en nuestra mirada y análisis del Hombre en su relación con su espiritualidad y en su comprensión divina de Sí Mismo. Y entendemos ‘Lo Cristico’ como un modo y contenido preciso de observación y comprensión de la realidad cuya esencia y sustancia es La Sabiduría.

Lo Cristico es esencialmente Sabiduría en cuanto considera que el solo conocimiento nunca será suficiente y será relativo sin el avance y la profundidad de La Sabiduría: ‘el conocimiento es el saber del Hombre; la Sabiduría es el pensamiento de Dios’.

El Gran Fundamento es una Dispensación surgida desde la matriz: Una Dispensación de Paz en medio de estos Tiempos de Tribulación que nos avisa que el Gran Cambio está por venir y el Advenimiento de una nueva realidad llamada ‘Milenio de Paz’ está por descender sobre la incapacidad del Hombre para cuidar y hacer progresar en armonía a este mundo entregado cuan dádiva para su redención y prueba, y que éste se ha esmerado en extinguir y de paso auto aniquilarse en una demostración más de su soberbia y complejo de ‘dios destructor’.

La Salvación del Hombre está en Su Espíritu, y desde su Espiritualidad la Fe debe ser el empuje vital que logre una fuerte alianza con Cristo, el Elohim que Guía a los Hombres Buenos, y en concordancia y armonía con esta sólida mancomunidad el Ser Humano romperá con su visión mundana para obtener Visión Cristica. Porque sin capacidad Cristica no habrá Sabiduría: y sin Sabiduría el Hombre inexorablemente se extraviará y sucumbirá.